
Por: Diana Dalila Molano Franco.
Las compras compulsivas, también conocidas como Oniomanía, son un trastorno psicológico que implica una necesidad irracional e incontrolable de comprar, a pesar de que los bienes adquiridos no sean necesarios y la persona no pueda permitírselos. Este trastorno afecta tanto la salud mental como física de los individuos y tiene un impacto negativo en sus vidas personales, económicas y sociales. En Colombia, aunque es un tema poco tratado, la legislación y el marco normativo empiezan a abordar las problemáticas relacionadas con los trastornos psicológicos y su relación con la deuda y el bienestar.
Impacto de las compras compulsivas en la vida de los individuos
Las personas que sufren de compras compulsivas experimentan una serie de consecuencias devastadoras. El trastorno afecta su salud emocional, ya que se sienten constantemente abrumadas por la ansiedad y la culpa, generando un ciclo de compras impulsivas para aliviar esas emociones, lo cual termina intensificando el problema.
Desde el punto de vista físico, el estrés prolongado de no poder controlar el impulso de comprar puede llevar a trastornos de ansiedad, depresión e incluso trastornos del sueño. Las personas que sufren de compras compulsivas también pueden experimentar síntomas como la fatiga constante debido a la preocupación constante por las deudas acumuladas, lo que afecta su bienestar físico y emocional.
En cuanto a la salud económica, las compras compulsivas son un factor importante en el endeudamiento personal. Las personas que se ven atrapadas en este trastorno frecuentemente utilizan tarjetas de crédito, préstamos y otras formas de financiamiento para poder satisfacer sus impulsos de compra. Este comportamiento a menudo lleva a una deuda excesiva, lo que agrava aún más la angustia emocional y financiera de la persona.
El impacto social también es significativo. Las relaciones interpersonales pueden verse afectadas, ya que las personas con compras compulsivas tienden a ocultar su comportamiento, lo que genera desconfianza entre amigos, familiares y parejas. Además, la incapacidad para manejar las finanzas puede resultar en una pérdida de autoestima y aislamiento social.
¿Cómo aborda la Legislación Colombiana las compras compulsivas?
En Colombia, el marco legal relacionado con los trastornos psicológicos y su impacto en las finanzas personales aún es incipiente, pero existen algunas normativas que intentan proteger a los consumidores y promover su bienestar. La Ley 1480 de 2011, conocida como el Estatuto del Consumidor, establece mecanismos de protección a los consumidores, como el derecho a la información clara y la posibilidad de desistir de ciertos contratos. Sin embargo, la Ley no aborda específicamente los trastornos psicológicos como las compras compulsivas.
Desde la perspectiva legal, las personas que padecen de este trastorno pueden acceder a medidas como la protección frente al abuso de las instituciones financieras. La Superintendencia Financiera de Colombia regula las prácticas de crédito, asegurando que los prestamistas no ofrezcan productos de crédito que promuevan el endeudamiento irresponsable. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en términos de establecer políticas específicas para el tratamiento de las compras compulsivas desde el punto de vista legal y financiero.
Opciones legales y soluciones para los afectados
El acceso a una solución legal efectiva para las personas con compras compulsivas en Colombia requiere un enfoque multidisciplinario, que involucre tanto la atención psicológica como la intervención legal. Las opciones legales disponibles incluyen la posibilidad de solicitar la reestructuración de deudas a través de los mecanismos previstos en la Ley 1116 de 2006, que permite a los individuos con dificultades económicas acceder a un proceso de reestructuración financiera.
Por otro lado, una solución efectiva podría ser la creación de programas de intervención temprana que proporcionen tanto apoyo psicológico como asesoramiento financiero a las personas afectadas. Estos programas podrían estar respaldados por instituciones públicas y privadas y ofrecerían a los afectados una oportunidad de superar su trastorno y aprender a manejar sus finanzas de manera responsable.
Además, las políticas públicas deberían considerar la posibilidad de crear campañas de concientización sobre el trastorno de compras compulsivas, enfocándose en la prevención y en la identificación temprana de los síntomas. Las leyes también podrían incluir protecciones específicas contra la deuda excesiva, proporcionando a los individuos mecanismos para la suspensión temporal de pagos mientras reciben el tratamiento adecuado.
Estadísticas relevantes y casos en Colombia
Aunque el trastorno de compras compulsivas aún no está completamente documentado en Colombia, estudios internacionales han mostrado que este trastorno afecta a una proporción significativa de la población mundial. Según investigaciones realizadas por diversas organizaciones de salud mental, se estima que entre el 5% y el 8% de los adultos padecen de este trastorno a nivel global. En Colombia, la prevalencia de la compras compulsivas aún es incierta, pero el acceso limitado a servicios de salud mental y la falta de educación sobre el trastorno podrían contribuir a que muchas personas no busquen tratamiento.
Casos específicos de personas afectadas en Colombia incluyen aquellos que caen en deudas exorbitantes por compras innecesarias, afectando su capacidad para satisfacer necesidades básicas y desencadenando problemas familiares graves. Es importante señalar que muchas veces estos casos no son identificados como compras compulsivas hasta que las deudas y el estrés psicológico se vuelven insostenibles.
La realidad de las compras compulsivas y la necesidad de apoyo en Colombia
En Colombia, las compras compulsivas, también conocidas como oniomanía, no están reconocidas específicamente como un trastorno independiente en los manuales diagnósticos oficiales, pero suelen estar asociadas a trastornos como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o trastornos del control de los impulsos.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), se caracteriza por la presencia de obsesiones (pensamientos repetitivos y no deseados) y compulsiones (comportamientos repetitivos o actos mentales realizados para reducir la ansiedad). Las compras compulsivas pueden manifestarse como una compulsión que surge para aliviar la ansiedad, lo que las vincula con el TOC en algunos casos.
Sin embargo, también se considera un trastorno del control de los impulsos, lo que implica una incapacidad para resistir un impulso, deseo o necesidad de realizar una acción, en este caso, comprar sin necesidad real.
En la legislación colombiana, aunque hay una creciente atención a la salud mental y a la importancia de abordar trastornos como el TOC y otros trastornos psicológicos, las compras compulsivas no tienen una categorización específica como trastorno en las leyes. En general, se abordan dentro de los trastornos relacionados con la salud mental y los comportamientos impulsivos.
En resumen, aunque las compras compulsivas pueden ser clasificadas como parte del TOC o de los trastornos del control de los impulsos, no tienen un diagnóstico legal independiente en Colombia, y generalmente se abordan dentro del marco más amplio de trastornos mentales.
Para aquellos afectados por las compras compulsivas, es fundamental que busquen ayuda profesional. La terapia cognitivo-conductual ha demostrado ser una de las formas más efectivas de tratamiento, ayudando a los pacientes a identificar los pensamientos irracionales que los llevan a realizar compras impulsivas y a desarrollar estrategias para manejar los impulsos.
Desde el punto de vista legal, es importante que las personas con compras compulsivas conozcan sus derechos frente a las instituciones financieras. Consultar con un abogado especializado en derecho financiero puede proporcionarles soluciones prácticas como la reestructuración de deudas o incluso la suspensión temporal de pagos mientras reciben tratamiento.
Además, el acceso a programas gubernamentales de salud mental y a servicios de asesoría financiera pueden proporcionar el apoyo necesario para superar este trastorno. Es fundamental también que la sociedad en general comience a ver este trastorno como un problema de salud mental y no simplemente como un comportamiento irresponsable.
Las compras compulsivas son un trastorno serio que afecta a muchas personas en Colombia, pero que a menudo pasa desapercibido debido a la falta de información y recursos. La legislación colombiana debe avanzar hacia la inclusión de políticas que protejan a los consumidores y promuevan el bienestar de aquellos que luchan contra este trastorno. Con un enfoque integral que combine atención psicológica y apoyo legal, es posible mitigar los efectos negativos de las compras compulsivas y ofrecer a los afectados una oportunidad de recuperación y reintegración social y económica.